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JOSE LEONARDO

03.09.2009 00:55

JOSE LEONARDO CHIRINOS

 

 

Zambo libre; precursor del primer intento independentista de Venezuela. Hijo de un esclavo al servicio de la familia Chirino; y una india libre. Se casó con una mulata de nombre María de los Dolores con quien tuvo 3 hijos: María Bibiana, José Hilario y Rafael María. Tiempo después sirvió a José Tellería, rico comerciante y síndico procurador de Coro, a quien acompañó en uno de sus viajes al Santo Domingo francés (posteriormente llamado Haití). Allí escuchó hablar a Tellería y otros comerciantes acerca de la Revolución Francesa y los ideales de ésta (libertad, igualdad y fraternidad).

Las desigualdades sociales; los elevados impuestos; la injusticia generalizada que padecían los negros e indígenas de Coro, creó grandes malestares que fueron alentando la rebeldía, que por lo demás siempre estuvo presente. Las noticias que llegaban a la región sobre la Revolución Francesa; que habían llegado a las masas descontentas, a través de Curazao, Coro y La Guaira, así como la Declaración de los Derechos del Hombre y la Sublevación de los negros de Haití, mantenían la situación en efervescencia.

Por otra parte corría la voz entre los negros de la Serranía coriana, que el Rey había concedido la libertad a los esclavos pero que el cabildo caraqueño se oponía a darle cumplimento al Real mandato.

En realidad se trataba la Real Cédula conocida como el Código Negro promulgada en 1789, que ciertamente contemplaba alguna mejoría en las condiciones de vida de aquellos maltratados seres, pero que nunca se publicó por considerar que podía provocar el alzamiento de los negros.

Estos malestares se incrementaron con la llegada a Coro de un nuevo recaudador de impuestos Don Juan Manuel Iturbe, porque sus primeras decisiones fueron las de establecer alcabalas aún más estrictas y aumentar la recaudación.

En efecto, José Leonardo Chirino, un zambo libre -por su madre- ,que además de servir al terrateniente José Tellería, era aparcero – sembrador en tierra ajena a altísimos intereses, conjuntamente con un loango de gran prestigio José Caridad González, y otros negros, zambos e indígenas de la costa y de la serranía, organizan una rebelión que estalla en el trapiche de la Hacienda “Macanillas”, en la noche del 10 de mayo de 1795 en medio de un baile, que como pretexto habían promovido.

Fue en la hacienda “El Socorro”, donde dan el grito de rebelión. Chirino proclama La Ley de los Franceses; la libertad de los esclavos, y la eliminación de los impuestos. Ejecutan a José Tellería; a Pedro Francisco Rosillo; a José María Manzanares y a muchos otros potentados y siervos de éstos, que les salieron al paso.

Cuando intentan tomar la ciudad de Coro, son repelidos y derrocados por el Teniente de Justicia Mariano Ramírez Valderraín. José Leonardo logra escapar a la sierra, pero tres meses más tarde es capturado en Baragua. Es condenado a tormento y muerte en Caracas, sentencia que se cumplió el 10 de diciembre de 1796. Su cabeza y sus manos se exhibieron en Jaulas de acero, para escarmiento de la población. En el Panteón Nacional se encuentra una placa con su nombre.

Pero, el movimiento no fue en vano. La semilla de la insurrección quedó flotando en el aire. Y llegó la independencia en 1811 y el concepto criollo de la nueva sociedad se consagró en la Constitución. La ilusión de libertad ofrecida a los pardos y esclavos fue aprovechada por José Tomás Boves. Y se produjo la guerra a muerte, la guerra civil, la guerra de castas. Bolívar logró resolver el difícil dilema para 1818 e incorporó a los pardos y negros en el proyecto mantuano de independencia.

Pero luego los hombres que hicieron la república a partir de 1830, carecieron de la voluntad, de la visión y tal vez de las oportunidades para darle al nuevo país una estructura económica, social y política, donde los campesinos, los peones y los trabajadores en general tuviesen un nuevo lugar en la sociedad. Y llegó la Guerra Federal, y las aspiraciones populares fructificaron en las banderas de Ezequiel Zamora y Juan Crisóstomo Falcón. La guerra fue un desastre económico y en nada benefició al pueblo. Después del conflicto, los líderes no supieron, o no quisieron resolver las aspiraciones populares. Y llegó el siglo XX.

Con el Siglo XX el petróleo, la transformación del Estado, la Democracia Liberal Burguesa en 1958, el Pacto Social, y todavía, luego de 37 años, una buena parte de las aspiraciones del pueblo venezolano no han sido satisfechas.
¡Cuántos Chirino luchan en sus comunidades, en todo tipo de asociaciones e instituciones, para mejorar las condiciones de vida de las mayorías!

Ciertamente la semilla sembrada en 1795 está viva. De vez en cuando se oye en la radio una canción muy popular del fallecido Alí Primera, que dice: “José, Leonardo fue, sudor de negro y cacao, cuando batía el melao, para dar al español, que después se volvió gringo y aquí lo tenemos hoy”.

“El objeto más noble que puede ocupar al hombre, es ilustrar a sus semejantes”
Simón Bolívar


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